28.11.07

El déficit marplatense

Durante los días posteriores a las elecciones municipales que sentarán en el despacho de Luro e Irigoyen a Gustavo Pulti se viene manteniendo un ingente debate acerca del volumen del déficit que deja el gobierno de Daniel Katz.

La verdad es que no me parece tan importante si se trata de 25, 40, ó 70 millones de pesos. En una visión particular podría inclusive afirmar que si el municipio hubiese dejado superávit mi pensamiento sería casi el mismo, porque el problema de Mar del Plata no es de caja: es político.

Cualquier mortal puede darse el lujo de endeudarse -gastar de más es eso- siempre y cuando la decisión venga de la mano de un proyecto de desarrollo. Más simple: así como un vendedor de seguros puede comprarse un traje para lucir mejor en su actividad otro tipo puede empilcharse sólo para darse dique.

Que lo recaudado en canon por balnearios sea menor que lo que se eroga por guardavidas es algo más que un problema económico. Tanto como tener educación municipal, carecer de un sistema de salud eficiente o permitir que casi todas las líneas de colectivos pasen frente al Casino Central.

La gestión municipal que se va, conjuntamente con todas las anteriores del 83 a esta parte, carecieron de un proyecto político que diera sustento a la ciudad hacia adelante. Desde los baches hasta las lamparitas que faltan, desde los conflictos portuarios hasta las carpas de cada playa, absolutamente nada ha sido pensado nunca como parte de un todo.

Mar del Plata ha contado hasta ahora con el beneplácito de gobiernos nacionales y provinciales que han apostado a realizar importantes inversiones que hubieran merecido más reflexión.

El Estadio Mundialista, la Ciudad Judicial, el Aeropuerto internacional, la Ferroautomotora, el Complejo Universitario, la Planta de Efluentes, el Tren Bala, el Emisario Submarino, la Planta de Reciclado, el Provincial o el Parque Industrial han vencido la batalla de la necesidad de proyectar avenidas o una vía de circunvalación, y ni que hablar del tema cloacal.

Casi la mitad de la población sin agua corriente no es un dato estadístico sino un indicador de que el crecimiento demográfico ha ido más rápido que el pensamiento de los gobernantes y si no es una cuestión central es porque no se realiza la ecuación de que agua es igual a salud, de que ésta es sinónimo de calidad de vida y de que sólo nivelando para arriba es posible proyectar empleo, producción y progreso.

La ciudad no se ha ocupado de eliminar la indignidad de los asentamientos sino de esconderlos en zonas no urbanizadas, es decir, sin servicios.

Continuar apilando basura que “alguien” prende fuego para hacer lugar a nuevas y nuevas camionadas es un tema económico para la concesionaria y el municipio y ecológico para todos, hay una decisión política ausente en cada medida que no se piensa en beneficio de todos o, mejor dicho, hay una decisión política que se toma en contra de todos para beneplácito de unos pocos.

Habitamos una ciudad donde más del 20% de la población tiene más de 60 años y eso no puede adivinarse ni en los colectivos, ni en los supermercados.

Calidad de Vida, Desarrollo Social o como quieran denominar a la importante Secretaría que asumirá María del Carmen Viñas después del 10 de diciembre estará lejos de cumplir sus objetivos si los encara exclusivamente con chapas, colchones o fideos.

Aún sin leer las predicciones de Horangel para 2008 puedo afirmar que sufriremos al menos 3 temporales el año próximo donde caerán cables y árboles, se destrozarán algunas viviendas y grandes sectores quedarán anegados por el agua. Creo que el horoscopero tampoco necesita contarnos qué barrios serán los más afectados como para que desde ahora se comience a trabajar limpiando arroyos, nivelando calles o requisando plantas.

Espero no ver nunca al intendente Pulti con botas de goma y capa de lluvia para establecer la imagen de un dirigente activo y preocupado.

La existencia de una educación municipal debe partir de un proyecto educativo singular y no de una cuestión administrativa acerca de que gremio representa a los agentes.

Voy a polemizar parcialmente con el intendente electo: no hay que reducir el staff político, que suena a la venta del avión de De la Rúa, hay que nombrar gente capaz, coherente y comprometida con una política clara en beneficio del interés general. Uno sueña utópicamente con un liderazgo que logre insuflar espíritu de progreso y superación a los empleados públicos, es decir que TODOS sean políticos. El discurso liberal de la antipolítica de los 90 nos ha llevado hasta aquí. No se, ni me interesa cuántos empleados públicos carga el presupuesto, me interesa saber si todos los que cobran están.

La ciudad se ha tornado indisciplinada y nadie hace lo que le cabe y esto tiene responsables. Como el Ejecutivo no cumple su tarea, el vecino no paga las tasas, así de simple. Alumbrado barrido y limpieza (deberían agregar seguridad) es un “chistonto” para cientos y cientos de manzanas del distrito, tal vez por eso hayan preferido denominarla TSU.

Si cada cartelera publicitaria tributara como la norma dice, faltarían menos recursos; si Inspección General trabajara para el fisco menos aún, si los cánones fueran acordes con las rentabilidades potenciales, menos, si Tránsito controlara también los días en que no hay periodistas bajarían los accidentes (y recaudarían), si el sistema de transporte urbano con sus modernas tarjetas magnéticas considerara la posibilidad de trasbordos habría más frecuencias, menos gastos para las empresas y seguramente la posibilidad de una reducción en el valor de los boletos.

Sigo: si las salitas de salud de cada barrio ofrecieran buenos servicios podrían convenir con obras sociales para que abonaran por la atención primaria de sus afiliados, descentralizando la caótica situación de las guardias sanatoriales y ofreciéndole idéntica calidad de atención a quien tiene y a quien no tiene obra social dejando a las clínicas y a los hospitales para cuestiones más complejas.

Y el turismo… esta ciudad tiene la grandiosa fortuna de resultar atractiva para millones de personas que sueñan con pasar su descanso aquí. Vienen, usan, gastan, generan y se van. Algo siempre queda, aunque mucho se va de nuevo. Una correcta política sería pensar que lo que queda debe alcanzar para que los lugareños vivan mejor por una ecuación tan pueril como coherente: nadie puede ofrecer lo que no tiene y Mar del Plata no es una ciudad feliz por lo menos para unas 400 mil personas que, paradójicamente, viven mal en medio de este paraíso.

Adminístrenos señor Pulti, déjese de contar cuántas monedas le faltan a la caja, o piensa que el pueblo lo votó a usted porque sospecha que Katz es un amarrete. Tiene cuatro años de un crédito efímero, tanto que hasta un ruso pudo dilapidarlo en un santiamén.

26.6.07

Los Pro y los Contra

Con los previsibles resultados de las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires y de Tierra del Fuego (quien haya hablado 30 segundos con Hugo Cóccaro podría haberlo imaginado) quedan reflexiones obligadas para continuar subiendo la pendiente del proyecto nacional.

Sorprenden las voces ingenuas –y poco sólidas- de aquellos que ante una derrota presuponen el comienzo de la caída, profetas como Carrió pero travestidos en un oficialismo en el que no terminan de encajar.

Un estigma acompaña la historia de los partidos, especialmente la del peronismo: el que gana hace lo correcto y el que pierde se equivoca. Tal vez si reconociéramos este germen maligno podríamos avanzar con mayor solidez.

Un proyecto político se consolida ganando elecciones pero nunca termina en ellas porque ese no es su fin. Una mirada hacia el pasado reciente muestra también que ningún triunfo es garantía de modelo alguno. Cualquiera sabe que, a pesar de lo que diga el cura, una familia no se construye en el altar.

Aquellos que opinan que una elección perdida es el regreso de la derecha, la marcha atrás del proceso o simplemente el comienzo del fin están mal alineados, Y diría algo peor: están perdidos.

Es deseable que la democracia resulte de un coro disonante y en tensión. Es interesante que hayan ganado algún espacio los que denunciaban la intención hegemónica y autoritaria del gobierno nacional.

La causa, al menos en la que me siento identificado, se fortalece mediante el poder pero no se construye exclusivamente con el éxito comicial, sino con el esfuerzo y la perseverancia de convicciones pétreas acerca del bien común, de la solidaridad y la justicia.

Sin menospreciar la trascendencia que posee la cosecha de poder popular gobernadores, legisladores, concejales o intendentes no valen por serlo sino porque siguen un camino acunado en la intima convicción de que la Argentina debe marchar; el destino alcanzado será aquella mentada construcción conjunta denominada “proyecto de país”.

“Estos tipos vienen por todo” escuché esta semana en una importante reunión. Por supuesto, pensé, vaya novedad! Es difícil comprender que dirigentes experimentados supongan que la lucha consista en un “paseito electoral” contra las fuerzas de oposición. Algunos consideran que el único logro sólido refiere a la reducción del índice de desempleo y al crecimiento del PBI.

Sirve de algo tener tres concejales, o cinco o siete si no conforman un núcleo sólido y uniforme sobre las ideas vectoras del proyecto. Cuánto hubiese aportado a la construcción la reelección de Rovira, qué talento nos ha agregado Borocotó.

Hablamos de la reconstrucción de un país sumergido en el quinto infierno y nos asustamos porque no hubo GNC este fin de semana?

Las insuficientes inversiones en el sector energético se deben por ejemplo a que una factura de gas que en 2001 se abonaba U$S 60 hoy cuesta $ 60. Es decir, como el gobierno no triplica los ingresos de las privatizadas –que durante una década cargaron carretillas de verdes para girarlos al exterior, tiene una política imprevisible e irresponsable.
Un Fiat Uno, era comercializado en 1995 por la empresa de los Macri (Sevel) en 18 mil dólares, alguien imagina que ese modelo podría venderse hoy a $55 mil mangos?
Dos litros de gasoil costaba un boleto urbano de colectivo; si se eliminaran los criticados subsidios al transporte en qué iría la gente a trabajar?
Tal vez algún laburante que en aquellos días llevaba a su casa $1500 en la misma situación hoy cobrará $4500… mmhhh.

Algunos analistas económicos afirman que las jubilaciones a quienes no peseen los aportes necesarios constituyen una grave irresponsabilidad fiscal. A ver… que un sexagenario perciba un mínimo ingreso no es una política digna sino irresponsable.

Setentismo vs Noventismo: una falacia atroz. Hablamos de un país recuperando el orgullo a partir del trabajo, el esfuerzo, la buena administración, la memoria y la justicia o clamamos por la especulación ficticia de las relaciones carnales, del patrimonio público regalado, del endeudamiento para facilitarle 4x4 a los grupetes calzados en trajes Armani, de los vergonzantes fallos de una Corte integrada por tránsfugas, del indulto y el abrazo con el Almirante Rojas y del llamado a una reconciliación hipócrita que siempre miró como sospechosas a las víctimas.

Hay corrupción cuando los representantes del pueblo claudican ante el lobby empresario en vez de llevarlos hacia la periferia para convencerlos de que si allí no se inundara habría nuevas oportunidades, que si todos los pibes fueran a la escuela aumentaría la disponibilidad y calidad de la mano de obra, que si en todas las casas hubiera agua potable se reducirían los gastos en salud y que si en cada familia ingresara más de un sueldo decrecería la marginalidad y el uso del paco.

No se vislumbra un regreso de la derecha, persiste todavía tibieza y falta de coraje de dirigentes que no se animan a optar entre lo correcto y lo que les conviene. Estamos en un gran proceso de transformación real y simbólica donde la economía es sólo un costado. Cultura, ética, moral, solidaridad, justicia, responsabilidad y crecimiento han cambiado su concepción en la ráfaga de un lustro.

Claro que la tarea es ardua, difícil e ingrata pero en esta familia somos más de 40 millones y la mesa debe estar tendida para todos. El país ha sido devastado en todas sus líneas durante más de 30 años de sistemática prédica convenciendo a incautos (y cómplices) de que tal vez sobre gente.

Alianzas electorales, discusiones frentistas y gestación de candidaturas ponen en discusión intereses particulares y nada diferencia oposición de oficialismo si no se abunda en procura de una obligatoria síntesis conceptual que ponga el timón en la dirección correcta. Una ráfaga debe ser década y una década siglo, los dirigentes políticos no deben confundir a los ciudadanos, deben conducirlos.
Claro que hay que tapar los baches, mejorar el tránsito, juntar la basura y poner focos en las esquinas porque eso es pro, aunque dedicarse exclusivamente a eso también es contra.

17.6.07

La prisa del diario trajín

Cualquiera sabe que vivir en Buenos Aires tiene grandes diferencias con respecto a otros distritos. Laburar en la capital implica un mejor sueldo, movilizarse al menos una hora diaria, tomar el subte, tren o bondi cotidianamente y taxi cuando recién se ha cobrado, nunca volver a casa a almorzar, usar mucho el teléfono, si es el del empleador mejor, acostumbrarse al ruido, a la desconfianza permanente, a los que caminan rápido, a diarios y revistas atestados en cada esquina, a cinco maxikioscos por cuadra, a las chicas perfumadas de oficina y a los hombres de oficina. Porque todos parecen trabajar en oficinas donde la tarea se hace en computadora que termina en planillas atiborrando obesos biblioratos.

Los motoqueros son producto imprescindible de nuestra capital donde algo siempre tiene que moverse. El delivery es su contracara porque
yo no voy a la pizza sino que es la pizza la que viene hacia mí.
Las ganas de fumar se llevan a la vereda junto con la necesidad de comer una barrita de cereal cada dos horas y volver al escritorio con un yogurt en una bolsita de nylon.

Viviendo el Buenos Aires uno no sabe como se llama casi nadie, ni tampoco se preocupa mucho.
Toneladas de papel y cartón alimentan la pobreza que sobrevive revolviendo entre los errores y los excesos de cada jornada de microcentro.

La televisión que miramos en Argentina es decididamente porteña, tanto como la radio y los diarios. El raiting, fenómeno interesante para pensar, tiene en cuenta lo que prefieren los capitalinos. El fútbol se juega en Buenos Aires amén de que los goles puedan gritarse desde más lejos, recitales y conciertos casi todos los días de artistas que saludan “Hola Argentina” como si allí estuviera la patria entera.

Porteños orgullosos, tacheros sabelotodo con increíble habilidad para detectar al forastero, limpiavidrios y zanquistas con cronómetro incorporado, palomas que se reúnen llevando paz o aliviando su hambre con el maíz de los turistas.
Gimnasios con vista a la calle, calles con vista a las chicas y chicos de los gimnasios, pibes que esperan toda la madrugada para comprar el último libro de Harry Potter.
Hospitales atestados de pobres que cruzan la avenida para seguir vivos. Porque en la Capital tenés que tener una prepaga para no hacer cola a las 4 de la mañana, Buenos Aires es muy hostil con la pobreza tanto como con el peatón.


Imponentes centros comerciales que inducen a pensar que uno está en otro mundo, con clima artificial y mucha luz, plantas y flores, oxígeno y ozono. Restaurantes que preparan sus platos con ingredientes inconseguibles, barrios que trocan sus nombres para que el Soho sea más amigable y que la mismísima Hollywood cambie su genero. Y Puerto Madero, monumento del 1 a 1, de los indultantes 90 bautizando sus calles con el nombre de mártires de la represión de la dictadura.

La política no nace del abstracto se alimenta, crece y se desarrolla en su contexto. De ahí que la problemática de Buenos Aires, con un nivel de vida cuatro veces superior al resto del país, resulte trascendente para quien vive en sus calles y una cuestión de la tele para los demás.

Las marchas piqueteras y los cortes de calle, las huelgas en los subtes, el descalabro de los servicios ferroviarios complican la cotidianeidad de aquellos ciudadanos. A veces, y será tal vez la enorme penetración cultural que ejercen los medios, entramos en una vorágine ajena creyendo que lo que les pasa, nos pasa.

Mientras en el interior grande la democracia se representa mayoritariamente discutiendo, en la capital sólo optando. Los parámetros de elección son también distintos. Pesan las alianzas, militancia, organización y articulación de referencias más allá de la Gral. Paz y las estrategias de marketing y comunicación en un territorio acostumbrado a comprar por el envase. No es lógico suponer que “política” sea lo mismo en Chacarita, Belgrano, Lomas de Zamora, Rosario o en Dolores.

Como está dicho los porteños son tipos distintos. Sus preocupaciones son originales con respecto al resto de la población. Y esto no es una valoración subjetiva y muchísimo menos una subestimación. Es razonable reconocer la diferencia.

Con ganas de renovar

“Mauricio” no es Macri, porque es conveniente presentarlo como a un muchacho joven, exitoso y común al que le encanta la vida sana y el deporte. Como Marcelo que dejó de ser Tinelli a pesar de los millones de dólares que ha sabido producir. Macri que es todavía más millonario, es un empresario de esos de los que la gente desconfía. Macri es el príncipe de una corona construida por un rey octogenario al que le encantan las pibas de veinte y las fiestas privadas. Tipos que han fabricado guita por derecha, con la derecha y también por zurda.
La idea es que creamos que Mauricio vive en su departamento preocupado por la seguridad, el transporte y la basura y que ni se nos ocurra suponer que ocupa una mansión, custodiado por agentes propios, que elige el auto y el chofer cotidianamente y que no tiene ni idea donde está el tacho de su propia cocina.

Tener como vice a Gabriela Michetti es Pro, porque es mujer, agradable, locuaz, piola, formada y sufrida. Gabriela también abandonó el apellido aunque nunca la fuerza, la energía y la voluntad. Hace poco dijo que extraña bailar, lo hizo con Mauricio festejando la primera vuelta.

El logo del Pro es una flechita hacia delante, como el símbolo de un “play” que está por poner en marcha a una ciudad detenida. Tal vez alguien haya notado que en la campaña anterior el color de la gráfica era el azul, en esta son el negro y el amarillo, como los taxis tan característicos que toma la clase media y donde el destino no lo decide el chofer sino el que va atrás. Amarillo, cuya simbología representa alegría, inteligencia, sabiduría, intuición, espiritualidad, acción y poder (¿los colores se eligen al azar?) Y amarillo para que nadie olvide a boquita.

Pro no es el nombre de un partido es una marca trabajada por el publicista Ernesto Savaglio a la que le cabe cualquier cosa, positiva obvio; saltar es Pro, cantar es Pro, portarse bien es Pro, levantar la caca del perro es Pro. Enunciar propuestas (temas) es Pro, ser breve es Pro, explicarlas es aburrir, hablar del pasado es aburrir, debatir la historia es aburrir, es instar al zapping a una sociedad a la que no le gusta perder tiempo.

No coincido con aquellos que plantean un eventual triunfo del Pro como el regreso de la derecha. Creo sí en el vacío de la discusión política metropolitana zanjada con estrategias de mercado y en los caminos hacia delante que aquí se abren: profundizar, mejorar y fomentar la militancia, aggiornar la dirigencia abriéndola en serio a instancias de participación y construcción nuevas y atractivas para la ciudadanía capitalina o convertir nuestra política también en producto.

Trampa, porque mientras la política transforma a partir de las ideas, el marketing sólo disfraza, y si optamos por este camino no llegará la derecha sino algo bastante peor.

8.6.07

Campaña Sucia

Definir a un funcionario progresista en base a lo que lee, por como se viste o por los CD’s que tiene no parece producto de un análisis muy profundo.

Ahora, que estamos tratando de presentar una concertación -no confundir con concentración-, aparecen actores confundidos: sobre la democracia, sobre la realidad, sobre la historia, la gestión pública e inclusive sobre qué es la política. De qué trata lo que pretendemos llamar progresismo, proyecto nacional y popular, nueva política, era K o Concertación.

Afirmamos la trascendencia fundante de la palabra como expresión de las ideas aunque esta puede relativizarse hasta su desintegración cuando se ocupan lugares de representación. El candidato llega por lo que piensa y luego dice pero debe probar su validez pública haciéndolo. De lo contrario se evidencia que el discurso no tiene correlato con el mundo de lo posible o bien que el fulano era un mentiroso.

Deberíamos escribir mucho para trazar alguna senda hacia el interior de los partidos que oriente a un dinamarqués acerca de cuál es la ideología del Peronismo, del Radicalismo, del Socialismo, el Ari o del Frente Grande por citar algunas de las vertientes, máxime cuando se las encuentra en la oposición y también en el oficialismo.

Si bien la función pública tiene como destinataria a toda la sociedad debe ubicar su primer objetivo en el eslabón más débil. El rol de estado que exhibe la política que tiene el sol en el logo y la K en la camiseta constituye una mediación de intereses donde se protege el más grande: el del pueblo; constituido por un capital de millones de sueños, anhelos, ilusiones y deseos de justicia.
Enfrente, algunos contraponen un interés empresario con un capital constituido por pesos, dólares o acciones. Ningún compañero puede dudar acerca de cual resulta la opción apropiada.

Un funcionario progresista es un compañero, un tipo decente y honrado, que representa al Estado asumiendo su gestión como una carga y no como un privilegio.
Representa al pueblo y al proyecto a partir de su trabajo, no de su presencia porque la política no se legitima con el pecho sino con el lomo. Nuestros representantes deben trabajar más que los representados. Y esto es un sinónimo absoluto de la calidad de su trabajo, pero también de su cantidad.
Un compañero en la función es alguien que persigue el interés general en pos del mejoramiento de la situación precedente a su designación. El pragmatismo es cintura, nunca traición.

Ahora, que es tiempo de concertación sería bueno poner algunas vituallas sobre la mesa, sería interesante que cada quien realice su propuesta pero también su autocrítica porque aquí en Mar del Plata la gestión es decididamente mala, por resultados y también por concepción. “Cada uno debe asumir el proyecto que le corresponde y decírselo a la sociedad”, porque tal vez pensemos lo mismo o tal vez no.
¿Compromiso?

Aquí se ha dado en la tecla renombrando las tasas como Servicios Urbanos ya que avergüenza enviar facturas a barrios carentes de alumbrado, de barrido y de limpieza. Toda una torpeza resultó modificar la forma en que se realiza el cálculo que, además de producir usurarios incrementos, ha dejado al criticado Montoya como si fuera un derrochón. Una regla elemental de la economía explica que cuando el precio de un bien (la tasa) sube, su demanda (pago) baja. Si es invisible, peor. Y si hasta ahora cada dos facturas emitidas se abona una, el aumento desmedido no incrementará el ingreso sino la incobrabilidad.
La recaudación anual por concesión de balnearios es menor que el gasto que demanda el item guardavidas. Los ingresos por publicidad resultan absolutamente irrisorios y las exenciones, una festichola.

Se anticipa un aumento de las facturas de Obras Sanitarias superior al 10% de una empresa que se sirve de aguas con altos porcentajes de contaminación.

Han autorizado aumentos del boleto de colectivo mayores a los índices inflacionarios, se ha modificado la forma de pago con la generalización obligada de las tarjetas magnéticas produciendo una transferencia anticipada de los usuarios hacia las empresas por viajes no realizados. Se ha eliminado la gratuidad del boleto estudiantil y se camina hacia el final del boleto docente. Algún creativo tantea cambiar otra vez el sistema de cobro imponiendo monederas!

La redistribución de la riqueza es uno de los ejes de nuestra política aunque mientras el gobierno nacional propicia aumentos salariales menores al 20%, otorgar un 40% a los municipales constituye un acto de irresponsabilidad en un distrito virtualmente quebrado y donde los funcionarios políticos con rango de Director han sido pasados a planta permanente.

El tanteo hacia la municipalización del Hotel Provincial presagia que quizás la ciudad tenga en la mira la creación de otra Liechtenstein entre Sarmiento y Arenales y desde Avenida Colón al Océano. Un supuesto apoyo hacia la educación municipal se manifiesta construyendo alguna escuela de tanto en tanto y en la posibilidad de incrementar la planta de personal que termina pagando la Provincia.

El Código de Ordenamiento Territorial es cuestionado por vetusto, hipermercados y paquetas torres de departamentos prometen seguir modificando la geografía y la actividad económica, no en favor del desarrollo local sino de los empresarios que desean “invertir en la ciudad”. Ah, también se relocalizó la Villa de Paso para darle dignidad a la gente humilde.

La empresa licenciataria de la recolección de basura ha recibido millonarios presentes por parte del municipio incluso con retroactividad y el predio de disposición final se ha definido en el ejido urbano, hay basura en todos lados.

El estado de las calles es incuestionablemente desastrozo, la seguridad no es un tema municipal como tampoco la salud. El tránsito es un problema nacional y como la provincia se queda con lo que la ciudad produce, para qué recaudar con efectividad.

La política nacional de Derechos Humanos ha sido acompañada con tanta discreción que casi ningún funcionario ha osado acercarse a marchas o actos conmemorativos.
Inspección General es un área muy previsible, cualquier comerciante sabe cuándo vendrán los inspectores a quienes esperan con entusiasmo y buena voluntad.
“No es prudente ir camuflado, ni por estar junto a ti, ni por ir a ningún lado” canta Serrat en una lírica verdaderamente progresista cuyo gusto seguramente compartimos militantes comprometidos y de diverso origen; usamos jeans sin planchar con zapatillas y gustamos leer a Don Arturo. A priori, no parece que el andar de algunos dirigentes tenga lazos muy sólidos con lo que anhelamos de las políticas públicas necesarias para gestionar nuestra comunidad y probablemente la clave esté escondida en aquella misma canción “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.

22.5.07

¿Y si mañana es como ayer otra vez?

Algunas cosas en tiempos electorales deben quedar un poco más claras de lo que aparentan estar. Estamos en campaña mis amigos y lo que sorprende es que creyendo que las “revoluciones” son posibles, supongamos que resultarán gratuitas o no generarán proyectos contrarios.

Podremos sentir absoluta seguridad de que la continuidad del gobierno K no está en riesgo. La economía acompaña, también el aire público; a fuer de alguna que otra turbulencia, el triunfo electoral está garantizado antes de que se enuncie quién será el candidato a Presidente.

Sin embargo, y tal vez resulte ser esta la sensación de un crítico incorregible o de un ansioso sin cura, la seguridad es un tema de la derecha. Un proyecto como el que pretendemos debe ir atalonándose en cuestiones que impidan cualquier tipo de retroceso. Y esto, temblamos, no se consigue únicamente consagrando la fórmula para cuatro años más.

Quizás pueda sonar anacrónica la palabra revolución aunque las dudas son disipadas al encontrar que aún sobrevive en el diccionario: “se aplica especialmente al derrocamiento de un régimen social y político caduco para instaurar uno nuevo progresista; esta sustitución lleva consigo cambios radicales en la vida de la sociedad”.

Puede ser que algunos entiendan que en tiempos de “Gran Hermano” expresar consignas a las que denomine revolucionarias estará llamado a ganarse el mote de viejo utopista (o setentista). No es necesario citar a Gramsci para sostener que vivimos una etapa de profundas transformaciones en las que mientras un sector acompaña, otra parte resiste.

Y tanto como la barba no hace a un revolucionario, “resistencia” no esconde necesariamente connotaciones positivas, favorables o populares.
Esto que pasa
Qué sucede con el andamiaje de vaciamiento creado a partir de la transferencia de los fondos jubilatorios a entidades financieras privadas cuando el gobierno revierte la imposibilidad de que los trabajadores retiren el dinero que tienen depositado en las AFJP para que sea administrado por el Estado. Habrá alguna reacción visible o solapada al respecto, o se darán por satisfechos con el negocio pingue del 94 a la fecha?

La criminalidad, que pone en un mismo plano el choreo de un estéreo, el disparo de un corneado, el robo a un country o el arrebato de un celular es presentada como resultado de una política “garantista y de mano blanda”.

La tasa anual de homicidios es de 5 y pico cada 100 mil habitantes (la mitad del promedio mundial) lo que representa unas 2000 personas. La Sociedad Argentina de Pediatría dice que actualmente unos 6000 chicos mueren cada año por causas evitables, es decir ligadas a la pobreza, la ignorancia o la violencia familiar.
Por cada asesinado mueren inútilmente tres chicos que no salen en ningún noticiero ni en la tapa de los diarios.
Cómo se ha expresado la jerarquía eclesiástica acerca de la situación del Obispo Castrense Antonio Baseotto que además de pretender tirar a Ginés al mar por su defensa de la reproducción responsable, realizó innumerables declaraciones decididamente antisemitas; de Julio Grassi presto a ser juzgado por corrupción agravada de menores y de Christian von Vernich acusado de 19 asesinatos y 33 secuestros durante la dictadura.

Repartir preservativos y diu, fomentar la educación sexual, facilitar el acceso a los medicamentos y propiciar la unión civil está en las antípodas de considerar a Bergoglio un amigo de la casa. Solo mediante una revolución se pasa de importar tecnología y conocimiento a exportarlo en menos de un lustro, de la 1050 a los $1040 asegurados como piso del salario docente.

Santa Cruz, con todas las pecas que podrían observarse inclusive desde el oficialismo, no es una casualidad. Un reclamo salarial por justo que resulte no puede concluir en una crisis institucional de alcance nacional arraigada en la provincia con mejores indicadores sociales del país.
Río Gallegos es un pueblo, nadie se anima siquiera a putear a un vecino al que conoce de toda la vida y llama cariñosamente Margarita. Tal vez sí pueda hacerlo un forastero.

En la Argentina de cielos complejos existe una posibilidad en 50 millones de que un avión tenga un accidente, casi la misma de morir cayéndose de la cama o de una silla.
Unos 40 millones de usuarios de camas en el país difícilmente se sientan preocupados de padecer una muerte de estas características. La seguridad aeroportuaria es blandida como una amenaza inminente de que los aviones anden haciendo finitos por los descontrolados aires nacionales.
La radarización es una cuestión de estado que debe atender los temores de clase media para arriba a quienes hay que asustar urgentemente.

Una en 6 millones son las posibilidades de fallecer en un accidente automovilístico. Casi el 90% responden a errores humanos producto de la negligencia, la fatiga y el uso indebido del alcohol. Aún así las prácticas médicas informales ligadas a la pobreza y al abandono se encuentran al tope de las estadísticas argentas de causales de muerte.

De la misma manera se afirma que la violencia en el fútbol es producto del tetrabrick y no el resultado de un ambiente de multimillonarios y oscuros negocios pesados donde la marginalidad y el lumpenaje son lo que la cáscara al queso.

El escasez de abastecimiento de carne y leche se debe a múltiples cuestiones explicadas por los respectivos sectores aunque “afortunadamente” no afectan la exportación!!

No es fácil para quien en hora pico desea volver a su casa desde Capital a Temperley encontrarse con un cartelito de –otra vez- servicio suspendido. El tema de los subsidios al transporte es un asunto de menor consideración, no hay otra forma de evitar transferirle aumentos de boleto al usuario. Seguramente no libera las cuevas existentes entre los licenciatarios y los organismos de control, deuda todavía pendiente como para asignársela a un proctólogo de fuste.

El affaire Skanska descubierto por la AFIP prueba que una tubería de gas no admite grietas ya que aunque imperceptible, el gas puede matar. Los pocos que fabrican caños saben bien como hacer las juntas, son años!

Y esto, ¿que pasa?
Fuera de la campaña electoral la agenda propuesta por el gobierno ha sido la revisión absoluta del pasado histórico y reciente, renovación de la Corte Suprema, declaración judicial de que las atrocidades del proceso constituyen crimen imprescriptible de lesa humanidad, golpe al espinazo del sistema financiero privilegiado por la dupla Cavallo/FMI, revisión del rol de la Iglesia, una militante de la causa popular al frente del Ministerio de Defensa, alineamiento nacional estratégico con Latinoamérica, quita y disminución de la deuda pública, que los sectores más privilegiados sean los que más aporten, recuperación de los recursos energéticos, crecimiento sostenido a índices orientales, 40000 millones de reservas con más trabajadores activos y en blanco, piso nacional decente para el salario docente, inclusión a partir de jubilaciones y pensiones, derechos humanos para atrás y también para adelante y, nada menos, el comienzo de la discusión acerca de la redistribución de la riqueza.

Estamos en campaña, repito y aclaro, donde Lavagna, Carrió, Macri, Lopez Murphy, Telerman, Menem, Blumberg, De Narváez o Sobisch no constituyen oposición sino referencias de ella que no es de ninguna manera partidaria sino de intereses sectoriales ¿o no se nota?

La ineficiencia del gobierno está probada en cada programa de Mariano Grondona, en “anunciar el fallecimiento de Maradona” y en conspirar para que Nina Peloso no gane “Bailando por un Sueño”. Nuestra ingenuidad está en suponer que tamaños e impensados avances iban a ser aplaudidos por aquellos a los cuales se les ha roto el traste sin siquiera darles un besito.

10.4.07

El Final de la Inocencia

Nadie más que la familia de Carlos Alberto Fuentealba sabe acerca del dolor de su ausencia.
Muertes vanas, muertes sin ningún sentido más que el recuerdo acodado de alguno que de tanto en tanto saca a relucir la memoria de vidas sesgadas en medio de la nada. La muerte es nada. La muerte es el nombre de una agrupación social.

Estúpidas valoraciones se esgrimen ahora acerca de qué clase de tipo era, cuántos hijos deja huérfanos, cómo lo querían en la escuela y si estaba o no en la manifestación… es decir la idea es que la memoria del mártir lo recuerde como “inocente”.

Porque todavía en Argentina deben justificarse los que piensan de determinada manera. Existe el riesgo de que si uno participa de manifestaciones, reclamos o marchas sea percibido como distinto y los distintos, pueden ser combatidos. El que se expresa, el que corta una ruta, el que peticiona se somete al riesgo de que algo le pase.
Nadie es reprimido estando en su casa mirando la tele y este es el meta mensaje que se ofrece precisamente a los que están calentitos haciendo zapping: por algo será.

Teresa Rodríguez, Víctor Choque, Aníbal Verón, Kosteki, Darío Santillán, los 36 del 19 y 20 de diciembre, Carlos Fuentealba buena gente, buenos amigos, hijos ejemplares, padres, honestos laburantes… muertos.

Parece consolidarse que cuando un sector social se manifiesta descontento ante su situación la forma de entender o solucionar el conflicto es reprimiendo. Deberíamos estar preocupados por definir qué es la democracia en la Argentina de hoy. Resabios de un autoritarismo sectario y siniestro está escondido en todos los rincones y estratos de la patria. No todos son canas desaforados. No jodamos, ahora se pondrán las cintitas negras, se asombrarán por las imágenes de los noticieros, pero se sigue escuchando en cualquier verdulería o estudio jurídico que los docentes siguen quejándose y reclamando aumentos salariales y que hacen paro sin preocuparse del perjuicio que le ocasionan a los padres que tienen que ir a trabajar sin tener dónde dejar a los chicos.

Algunos se han animado a responsabilizar al Ministro de Educación porque estableciendo un piso de $1040 generó esta ola levantisca en Neuquén que hubo de ser reprimida en pos de reestablecer el orden social quebrado.

Más claro: un policía, con dos condenas previas en su haber, le pega un tiro en la cabeza a dos metros de distancia a un docente porque este no acepta calladito lo que le dan. Otra: Si Carlos Fuentealba se hubiese quedado en su casa el Gobernador Jorge Sobisch no se habría visto “obligado” a reestablecer el orden. La última: si Daniel Filmus no propiciaba un aumento del salario docente mínimo no hubiese pasado nada.

Tanto Sobisch, como Macri o Blumberg pertenecen a la nueva y diletante derecha argentina que ha abandonado la discusión económica para procurar ganar terreno a partir del discurso del orden y la disciplina. La seguridad es otro fantasma movilizado a partir del mismo temario ya que la delincuencia y la movilización social tienen para ellos un rostro parecido.

“Lo grave es que se corten las rutas, reclamar está bien pero sin afectar los derechos del otro, a circular, por ejemplo” dijo Blumberg.
El recientemente divorciado de Sobisch, Mauricio Macri, ha seguido una intensa polémica con Luis D’elia increpándole la “la toma de una comisaría” ignorando el homicidio del dirigente del FTV Martín Cisneros por un lumpen amparado por esa seccional de La Boca.
La deformidad de expresiones tales como “el derecho de los demás” está en la punta de la lengua de todos los referentes de la derecha como oposición a la “permisividad progresista”.
El filósofo menemista Jorge Asís llama al momento actual como “Sociedad en estado de barra brava”.

Así, los derechos se van apilando de acuerdo a una lógica vomitiva: el derecho a la propiedad o a la libre circulación de los que tienen más, está en el mismo nivel que el derecho a la vida de un laburante. El derecho a trabajar o a un salario digno está varios pisos más abajo. El derecho a manifestarse libremente o a peticionar debe ser contrarrestado rápidamente, si es necesario con “la fuerza de la ley”.

Los miembros de esta nueva derecha no han dudado en realizar marchas, alguna de gran importancia, reclamando por cuestiones de seguridad ante el Congreso o en Plaza de Mayo sin arrastrar la culpa de haber cortado la calle. Sería bueno que arrancaran su prédica acerca del orden y la disciplina poniéndose al día con los impuestos.

No existe mayor humillación que no poder garantizarles el pan a los hijos. Una sociedad se ordena a partir de la decencia y esta viene de la mano de un compromiso colectivo con aquel que la está pasando peor. Igualar delincuencia con reclamo de justicia social es apoyar el dedo sobre el gatillo.

Todos, absolutamente todos tienen derecho a manifestarse, a reclamar y a peticionar ante las autoridades. Nadie debe morir en Argentina por pensar de una determinada manera, sea esta de la forma que fuere. Nadie puede esgrimir autoridad alguna, en ningún ámbito, para dirimir conflictos sociales mediante palos, balas o celdas.

La sociedad tampoco puede castigar a quienes ya han sido marginados por el sistema de desigualdades imperantes en los últimos 30 años. El Estado debe llevar adelante una política que le aclare a los sectores menos perjudicados que la declamada “decencia general de la nación” tiene su arraigo en una solidaridad obligada, en la tolerancia comprensiva y en la modificación activa de respuestas coyunturales que también pueden ponerlos en el centro de la escena.

Hay una amenaza escondida y disimulada en declaraciones menos frontales que las del imputable gobernador de Neuquén. Militantes y dirigencia del campo nacional y popular deben alertar, independientemente de sus preferencias electorales, acerca de este novedoso discurso asesino de la seguridad y la participación. Somos hijos, tenemos hijos, algunas personas nos quieren más, otras menos. No somos inocentes. Entendemos lo que sucede y tratamos de dar testimonio de ello. La violencia ya se ha llevado a muchos no podemos permitir que la injusticia amenace a los que aun estamos aquí.

Carlos Alberto Fuentealba, 41 años, docente fusilado en Neuquén el 5 de abril de 2007, presente, ahora y siempre. (Ausente de su casa, de sus hijos, de sus amigos, de su trabajo, desde ahora y para siempre)

26.3.07

Opresión y Masacre

Tengo un hijo adolescente que sabe quien fue Rodolfo Walsh. El tiene una profesora de “Lenguas” que habló de Walsh en una escuela pública independientemente de que una ley provincial les invitara a leer la “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”. Cuando ella habló de Walsh mi hijo ya sabía de quién se trataba y no le llamó la atención que fuera ella quien lo hiciera.

Mi hijo adolescente tiene amigos que concurren a otras divisiones de la misma escuela que ignoran quién fue Walsh. El largo brazo de la ley no llega a todos lados, los docentes se reparten los cursos. Walsh murió hace 30 años y no fue tan famoso como Borges que hubiera merecido el premio Nobel. Borges tiene tantos difusores como Piazzolla que era marplatense y no murió ciego en Ginebra.
Piazzolla y Borges eran tangueros cada uno a su modo, armoniosamente. Ninguno fue peronista, más bien todo lo contrario. En el ‘55 Piazzolla, Borges y Walsh celebraron la “libertadora” que algunos siguen escribiendo con mayúsculas. Piazzolla aprovecha ese tiempo para revolucionar el tango mientras Borges dirige la Biblioteca Nacional, Rodolfo escuchó “hay un fusilado que vive”.

Rodolfo Walsh se hizo “incorregible” después. Uno podría decir que la vida lo hizo así. Un tipo capaz de descubrir mensajes cifrados de la CIA, sin conocimientos sobre criptografía, seguramente tenía la posibilidad de encontrar claves más mundanas con sólo dejar que la realidad ingresara a su cerebro a través de esos lentes de culo de botella. Quizás el hombre fue más montonero que peronista. Quedó impactado por “Esa Mujer”. Era nacionalista y curioso. Un gran escritor al que le costaba muy poco su trabajo ya que las palabras le brotaban más simples en la máquina de escribir. Amante del género policial pronto descubrió que el periodismo era fuente inagotable para el tipo de literatura que eligió transitar. Así fue mezclando su afán de detective irlandés con investigaciones sólidas en tierra propia. La militancia se hace viva y comprometida cuando coincide con lo que uno ama. “Operación Masacre” no es una novela. Truman Capote fue otro gran escritor e inquieto periodista pero de “sangre fría”. Su vida ganó un Oscar el año pasado.

Walsh amó contar la verdad y le inyectó la energía juvenil de sus hijas, especialmente de Vicky. Se hizo socialista y revolucionario al punto de utilizar su arma sin temor ante la injusticia de la opresión asesina. Dispara, dispara, dispara sin vacilar palabras que resuenan aún en alguna escuela pública que algunos eligen no reproducir.

Exactamente un año y un día después del golpe del 76 y mientras hacía circular su última obra caía emboscado por un comando de la ESMA en Entre Ríos y San Juan.

Ejemplo como escritor, como investigador y militante comprometido con la causa popular había escrito lo que resultaría su testamento “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”.
Con pluma quirúrgica realiza un balance de 365 días del gobierno de facto. El texto, en sí mismo, es una pieza literaria magnífica, una hoja de ruta de su tiempo y un claro indicador del camino iniciado por el proceso.

El periodista habla de la suciedad de la guerra elegida por el proceso, de la tortura y de la persecución. Devela procedimientos con datos certeros cuya crueldad plasma casi sin adjetivos. Con frases cortas, con puntos seguidos, con comas elocuentes y despejadas de efectismos que no pudieran ser contrastados a partir de recortes de diario encontrados en ediciones ya censuradas.

Walsh los desnuda, y si bien superaba con creces a la media de la inteligencia normal, elige hacer hincapié en cuestiones que afectaban la vida cotidiana de las personas que aún después de caída la dictadura, y en medio del “Nunca Más”, optaron por afirmar “Yo no sabía nada”, “Nunca me imaginé que pudiera haber pasado algo así” o simplemente “A mí nadie me molestó”.

El mártir afirmó que en sólo un año el proceso redujo el salario de los trabajadores al 40% disminuyendo la participación en el ingreso nacional al 30%, elevó la desocupación a la cifra record del 9%, redujo un 3% el PBI, consolidó una inflación del 400% y elevó la deuda externa a 600 dólares por habitante.

Quizás pocos literatos hayan hilvanado palabras con la enorme y laberíntica capacidad intelectual de Jorge Luis Borges. Borges fue indudablemente un incorregible que prefirió morirse cerca de su lugar aunque este estuviera tan lejos de Argentina. Astor Piazzolla se sumergió con su bandoneón en las fugas y los contrapuntos de Bartok y así fue ganándose la amistad y el respeto de enormes músicos de jazz, llegando al extremo de agregarle una guitarra eléctrica a sus tangos.

Paseos, calles, premios, aeropuertos y escenarios cargan los nombres de tan ilustres personajes argentinos que ningún docente (o padre) esquiva compartir con adolescentes necesitados de conocer algo que quede un poco más lejos que Maradona.

La historia no es un proceso estático y predecible, tampoco es un ámbito donde sentarse a esperar que la vejez nos encuentre memorando a revolucionarios muertos como si la tarea hubiera concluido.

La década menemista, (que en la continuidad de su política incluye los infaustos 2 años de De La Rúa) concluye con salarios que representan el 16% del ingreso, una desocupación del 22% (+19% de subocupación), un PBI per cápita 15% menor a tiempos de Walsh y, mientras durante el primera año del proceso la brecha entre el 10% más rico es de 7 veces y media, el menemismo lleva ese número a 38 veces! La deuda externa que alertaba Walsh llega en 2002 a la baratija de 3700 verdes por cabeza.

El estrechamiento de los márgenes para la tortura y la desaparición forzada de personas del proceso no impidió proseguir el camino iniciado por Martínez de Hoz y Videla con los gobiernos democráticos de Menem y De La Rúa lo que debe llevar a una reflexión obligada: los crímenes de la dictadura no eran un fin en sí mismo.

Ni el esperado encarcelamiento de todos los genocidas, ni aún sus muertes naturales, harán desaparecer una política que se agazapa, aguanta y espera la docilidad de un pueblo autista que considere LA MEMORIA como un tema de zurdos setentistas.

20.3.07

Condiciones de Apareamiento




Un mail que recibí hace unos días me cuestionaba una supuesta postura provocadora. La recibí como el mejor de los halagos ya que de eso se trata.
Parece un cuento remanido, pero últimamente no se habla de otra cosa. La transversalidad ha vuelto a transformarse en el eje de construcción de la política nacional.

La sola mención de la palabra suele despertar algunas sospechas. Cuando arrancó el gobierno, Kirchner procuró circular un camino nuevo que le diera sustento barriendo horizontalmente las antiguas líneas partidarias.
Algunos compañeros encargados de arrancar con esa movida interpretaron que se trataba de armar un seleccionado con los “renegados” de los partidos tradicionales y que esto concitaría el fervor de los independientes hacia un compromiso militante.

El primer intento transversal se nutrió entonces de venidos del Frepaso, del Frente Grande e incluso del ARI, en síntesis ex PJ y ex UCR.

Lejos de querer lastimar a nadie, no se trataba de espacios surgidos de la gloria sino más bien del fracaso. Del fracaso de haber “perdido adentro” las discusiones vectoras de la concepción de lo que para ellos deberían significar sus respectivos continentes. No fue por comodidad sino por abulia y descontento con las políticas que los partidos habían esgrimido, fundamentalmente, desde la dictadura para acá.

El derrumbe de la ilusión del Tercer Movimiento Histórico proclamado por Alfonsín y el recientemente fallecido sociólogo Juan Carlos Portantiero, transitó hacia la paradoja de devaluar la UCR con un proceso inflacionario incontrolable, y en especial ante la imposibilidad de sostener el discurso con la acción.

La renovación peronista del 87 sucumbió cuando algunas de sus principales espadas expresaron el gustito por la “buena vida”.
El PJ de los 90 fue un partido conservador y ultraliberal que contuvo a los dirigentes más ambiciosos, económicamente hablando, claro está.

Permítanme algunas palabras sobre el menemismo al que se lo puede atacar desde la ética ejercida en la función, en su concepción económica entreguista, en su autoconvencimiento de que la historia importaba menos que un viaje a Paris o de su apego por el narcisismo. A pesar de que estas y muchas otras cuestiones puedan endilgársele con justicia a aquellos tiempos, no ha quedado lo suficientemente arraigado que el peor daño producido fue una reducción sustancial de los niveles generales de moralidad pública, modificando el piso para los funcionarios pero también para la población. Así el noble paradigma nacional de “mi hijo el doctor” se reemplazó por “el que tiene guita hace lo que quiere”.

El Pacto de Olivos, además de permitir la reelección de Menem, un Senador por la minoría y la reforma constitucional del 94 fue la hipoteca signada por los dos mayores exponentes de ese tiempo entregando como garantía el bipartidismo.

Las atrocidades producidas por Menem en ejercicio terminaron con su historia. El Pato Donald hubiese ganado las elecciones a cualquier hombre del mismo palo. Duhalde pierde en el 99, aún con una propuesta opuesta a la del gobierno anterior y mediante una fuerte escisión interna porque la desconfianza popular excedía a Menem tiñendo todo lo que tuviera olor a peronismo.

El socialdemócrata radicalismo pensado por Alfonsín cayó derrotado por la global onda neoliberal de los tiempos que acuñaron a Menem. La segunda década infame desarticuló el discurso de la UCR (y del Frepaso) convirtiéndolo en una propuesta híbrida que clamaba, con la Alianza, la continuidad del modelo económico pero con un poco más de transparencia.

Aquella, ideada por Alvarez y Alfonsín demostró tres cosas: que Chacho hubiera necesitado ansiolíticos, que Alfonsín podrá ponerse viejo pero nunca boludo y que De la Rúa merecería su propia atracción en Disneylandia.

La ciudadanía cacerolea –independientemente del corralito- porque el menú político a la vista ofrecía como opciones delincuencia o inoperancia. “Que se vayan todos” no fue un slogan sino un razonamiento lógico: con los militares fuera de juego y la política arruinada “dejen que el destino lo arregle”.

De aquí para adelante la memoria es más atenta y pido disculpas ya que esta apretada síntesis está dirigida especialmente a los más jóvenes. Veamos entonces que es lo que traemos como semillas para la construcción de este repollo.

La Transversalidad es uno de los cuños del siglo XXI argentino y expresa una comunión que procura ir más allá de los límites partidarios. Es difícil, sin embargo, construir con cenizas.
La Concertación es una profundización de la transversalidad, o más bien un blanqueo donde no ingresan sólo “renegados” sino también referentes con peso propio, ergo: ganadores en sus distritos.

El camino simple no necesariamente resulta el más apropiado. Tal vez por esa razón ahora se haya preferido cambiarle el nombre. Vamos a tratar de utilizar pocos eufemismos, la Concertación trata de un agrupamiento de “personalidades” de diverso origen con un determinado prestigio y/o apego territorial.

La agilidad del PJ y el rápido encuadramiento de la dirigencia recuerda al girasol. Aún así, las disputas binarias producen alineaciones fortuitas que han parido, en la provincia de Buenos Aires por ejemplo, un kirchnerismo puro mezcladito con menemistas, felipistas y duhaldistas.
Los últimos en caer son siempre oposición férrea aunque no necesariamente por convicción sino por una simple cuestión de tiempo.

El radicalismo también tiene sus cuitas. Los que han mantenido territorios a pesar del lastre de sus referencias nacionales se expresan hoy como dueños exclusivos de su destino y por ende ni sueñan en sacrificarse por el partido. Así hay radicales radicales (RR), radicales opositores (RL) y radicales oficialistas (RK). En cualquiera de los tres casos la discusión no ignora especulaciones de posicionamiento electoral…. Qué paga más.

Conozco el progresismo radical de Gerardo Zamora en Santiago del Estero y no es muy diferente del futuro progresismo peronista de Juan Schiaretti en Córdoba, ni el de muchos intendentes y legisladores en la Provincia de Buenos Aires.

Podrá llamarse Concertación o como les guste, nadie debe preocuparse por el nombre: Charles puede ser Manson o Chaplin.

Son simples y baratas las apreciaciones que un militante puede hacer desde su casa incluso cuando reconoce la urgencia de construir un proyecto nacional garantizado por una conducción indiscutible.
Es deseable no perder de vista la importancia de persistir en la construcción y en el debate en niveles inferiores a la Casa Rosada. El poder se consolida con votos pero se legitima con adherentes convencidos y comprometidos.
Un somero repaso de la historia reciente exhibe con crudeza la inobjetable realidad de que ganar una elección sólo garantiza los cargos.
El poder y la política deben marchar de la mano, de lo contrario hablar de política será sólo un ejercicio intelectual y tener poder una mera obtención de sueldos públicos.

Nuestra política necesita poder como garantía de retroalimentación y crecimiento. Aún así, mientras el poder soluciona los problemas laborales, de ingreso e inserción social de quien lo detenta, la política permite atacar el desempleo, mejorar el reparto de las riquezas y propender hacia una movilidad social ascendente.

Kirchner ha recompuesto la autoridad presidencial legitimándose a partir de su gestión, quizás nuestro humilde trabajo consista en plagiarle las virtudes animándonos a reconocer (y modificar) que lo que la sociedad opina sobre los políticos no refiere a las chapas sino a lo que se ha hecho con ellas.
Y esto, tal vez, nos ilumine para diferenciar a los que están concertando de los que andan contorsionando, una vez más.

14.3.07

Devaluación y Utopía

Recuerdo haber compartido un encuentro con compañeros del MTD de Solano (Quilmes) a comienzos de los 2000. Esa experiencia difícilmente podrá olvidarse, como tampoco la angustia que cargábamos todos durante ese tiempo. La “mishiadura” nos tenía jaqueados, incluso hasta a los que sabíamos que de alguna manera u otra nos la íbamos a arreglar.

El MTD, paralelo a un estado inexistente, no ofrecía contención sino que aseguraba mínimamente condiciones de supervivencia. Educación, salud, alimentación e incluso la seguridad eran resortes del colectivo asambleísta.

Enrique, un miembro lúcido y formado, comentó acerca de las características de un movimiento que no tenía entre sus objetivos la inclusión sino el tránsito hacia la autonomía. Escapar de la condena a la que los había llevado el modelo económico transitando la organización y la ejecución de acciones coordinadas sin disputar lugares de poder que excedieran su ámbito era la consigna. No sonaba a otra cosa que a la búsqueda de sobrevida, literalmente hablando. Los objetivos de aquel MTD estaban trazados en el largo plazo… El carecer de un sueldo no iba a alejarlos de reconocer al trabajo como creador y transformador de la realidad. La obtención de planes sociales, en este contexto, era el sustento del individuo y también del colectivo mediante una solidaridad acordada.

Habrá sonado a dislate mi pregunta en aquella oportunidad; qué sucedería con la organización si las condiciones que le han dado existencia desaparecieran. Enrique me contestó que eso no ocurriría nunca ya que la exclusión era inherente al capitalismo. Entonces, me animé y tragando saliva retruqué: qué sentido tiene la resistencia si se renuncia a la utopía. La utopía, me contestó, vive en cada pibe que en vez de salir a chorear viene a la escuela de panadería.
….

Días atrás, conversando con algún dirigente nos dedicamos a aquello que se pretende discutir acá. La política en sí misma, nuestra política, tendiente a crear un proyecto nacional, racional y popular.
La cuestión es que hablábamos acerca del importante desarrollo producido por los movimientos sociales surgidos de las demandas piqueteras de entonces. Estos agrupamientos han ofrecido al gobierno magnificas respuestas a cuestiones centrales. Basta recordar que los piqueteros tomaban las calles en justas demandas que les permitieran asomarse al sistema mientras los incluidos, empujados por los medios de comunicación, pedían a gritos “represión” y “libre tránsito”. Los movimientos sociales fueron continentes de lo peor de la crisis económica gestada durante treinta años y el espejo donde la sociedad elegía no mirar por temor a encontrarse.

En el mundo actual y con el desarrollo alcanzado en la investigación social y el soporte tecnológico para los sondeos de opinión pública puede descubrirse fácilmente quién tiene uñas de guitarrero.
La cosa es dónde tiene que situarse el político en funciones cuando observa un cuadro estadístico: detrás de lo que le dicen las encuestas o escudriñando las causas que la originan. En definitiva el líder va detrás de la gente o delante de ella.

La jugada es difícil porque de un lado esta uno solito con su alma y en el otro los tantos por cientos arrojados por la encuesta.

Con el resultado puesto resulta evidente que “seguir el pálpito” además de demostrar coraje infunde mucho respeto. Las organizaciones piqueteras no impregnan las calles ni tampoco los planes han subido de sus magros 150 mangos. Hoy se las llama movimientos sociales.
La lectura hecha por el presidente fue que aquellos que clamaban su ingreso a la sociedad no constituían una amenaza para los ciudadanos. Por el contrario, la opción “represión”+“libre tránsito” amenazaba al plexo de la nación con una desintegración cercana.

Algo, sin embargo, ha sucedido luego con los movimientos sociales. Independientemente de los que claman por la abolición del capitalismo, mayoritariamente han ido sumándose al esquema de poder del gobierno constituyendo una de sus columnas más importantes. No vamos a entrar en mayores disquisiciones que podrían servir en alguna otra ocasión, aunque en síntesis podemos afirmar que este tipo de organizaciones son a Kircher lo que los primeros gremios al peronismo. Y la lectura parece ser clara. Representaron a los más jodidos del sistema mientras los gremios, valga una vulgar simplificación, sólo a puñados de sus propios trabajadores. Sin paritarias la actividad sindical tenía menos trabajo que los pilotos de Lafsa.

La construcción y el desarrollo territorial alcanzado ha tenido una gran extensión, su penetración alcanza distantes lugares de toda nuestra geografía. La realidad ha modificado el escenario de la política, fundamentalmente allí donde el peronismo es amo y señor y donde la falta de trabajo ha producido mayores daños.
Los cientos de miles de militantes de los movimientos sociales en todo el país están ante una disyuntiva de proporciones.

Es tiempo ahora de enfrentar un trascendente desafío que resulta agradablemente palpable. Los MS transitan la senda donde sus bases mutan de desocupados a trabajadores.

Su origen ha sido carcomido por una realidad venturosamente distinta, la dirigencia no ha sido formada en pos de una reconversión que modifique el origen de resistencia y lucha antisistema por una generadora de políticas activas, cuando lo logre estará transversalizando al gremialismo que ahora sí tiene actividad.
La dirigencia de los movimientos sociales no está lejos de este debate. Por el momento, la discusión viene siendo zanjada con proyectos cooperativos o emprendimientos productivos. Sus construcciones territoriales, familiares al peronismo, entran en contradicción con el pensamiento tradicional de la resistencia de izquierda, son, sin embargo, la base más desarrollada que sustenta las políticas nacionales, a veces como fuerza de avanzada otras como necesaria escenografía multitudinaria y popular del proyecto.

No deja de ser un tañir el lento pero sostenido ascenso de sus miembros en la pirámide social, reintegrándose a un sector de la vida ciudadana del que habían sido expulsados durante los 90.

Hay una profunda discusión que punza también el pensamiento del mismo peronismo. Voces calificadas podrán sostener que el origen del movimiento está en el conflicto social. Superar la coyuntura nos lleva a plantear que el modelo expresado por el presidente Kirchner, si bien nace de aquel origen, avanza decidido hacia una anhelada reducción o resolución de la injusticia a partir del trabajo y de un reparto más equitativo.

Estos no son temas menores, fundamentalmente porque los movimientos sociales son actores de la “Nueva Política”.

Una gran virtud que han sabido capitalizar es la incorporación de cientos de miles de jóvenes estudiantes que recuperan la garra asesinada de sus familiares militantes durante los 70.

Así compuestas las respectivas pirámides organizacionales develan una conducción vertical ilustrada integrada por cuadros de los 70, un segundo peldaño de jóvenes militantes formados en el compromiso genéticamente adquirido (y leído) y un tercer y masivo nivel de militantes de base cuya mayor sintonía es la coincidencia de clase y carencias.

Dirigentes de estos movimientos manifiestan su preocupación por contener un desarrollo territorial explosivo hacia una coordinación de fuerzas que les otorgue un destino que, de persistir el crecimiento y la reducción del desempleo, de la pobreza y la indigencia, deberá conducir hacia otro puerto.

Aunque resulta ampliamente evitable, cabe el riesgo de que la evolución pueda ser abortada sometiéndola a un sistema clientelar y punteril permanente, lo que caería en la contradicción de haberse creado lo que nació como su contracara.
Pensando sin tiempo, urge la necesidad de generar y presentar una dirigencia comprometida con idénticos valores independientemente de su semilla originaria.

Hablábamos líneas arriba acerca de la necesidad de que los líderes ofrezcan gestos de audacia y coraje poniéndose al frente de sus propias convicciones independientemente de lo que le susurren los que tiran del saco. Seguiremos en algún lugar del infierno un tiempo más, comienza a vislumbrarse aún así alguna lucecita sugerente y atractiva que irá liberando a los compañeros de la necesidad que los organizó. Se trata entonces de avanzar urgentemente en la conversión de la necesidad, por la convicción y el mantenimiento de la solidaridad como bandera. Y porque no recuperar utopías que, devaluación mediante, hoy cotizan tres veces más que antes.

6.3.07

Escaparse de uno mismo

Tenés que vivir, tenés que sufrir, tenés que sentir, tenés que amar, te tenés que arriesgar, te tenés que jugar, tenés que jugarte, tenés que salir. Moris


Qué difícil se torna plantear temas de discusión cuando ya están lanzadas las “ilusiones” de compañeros pujando por sus destinos hacia las lejanas elecciones de octubre.

Parece que fueran idiomas distintos y eso, más que resultar coyuntural, resuena a patetismo.

Como para ir sacándole las dudas a alguno: no soy bilardista. Creo que hay que ganar, que se puede soñar con la instalación de nuestro proyecto en la ciudad pero que de nada sirve un logro mal habido. Ne se puede vender la tele para comprar el DVD.

En estos días he escuchado alguna postura durísima de un compañero que no admitirá abandonar su pretensión salvo que el mismo Presidente se lo pida. Otro me comentó: “si no sale como quiero me voy a mi casa”. He visto carteles y pintadas por todas partes, y de varios. Aparecen también aquellos imposibles que se autoproclaman candidatos a intendente con el objeto de negociar después un cargo legislativo. Observé, como todos, una operación grosera y berreta en el Diario La Capital invitando a que la ciudadanía clamara por la reelección del señor Intendente con datos falsos. Para convencer al "microclima" aparecen encuestas “truchísimas” en portales de Internet que dan ganador a uno que tiene más votos que gente conocida, como si la tecnología hubiera sido diseñada por estúpidos que no saben que es un IP. Otros, también es válido reconocerlo, chequean si el teléfono tiene tono como quien espera el llamado de una novia, o un novio. Y alguno mira al cielo haciéndose el gil, o esperando el milagro. Además de Katz, en el debate cotidiano también están Pagni y Gariboto. Hay pseudos periodistas que venden sus elogios a cambio de tanda o simplemente por efectivo.

Imaginemos esta situación: en un quirófano, mientras el paciente espera ser operado acostado en la camilla, los médicos se entretienen jugando con los elementos que tienen en el lugar. Un cirujano le arroja a otro unas pinzas que este trata de capturar en el aire con una sola mano, el anestesista divertido le apuesta a una enfermera que en 10 segundos las pulsaciones del enfermo descenderán a la mitad. El instrumentista prende y apaga las luces del potente reflector al tiempo que el radiólogo hace vibrar una placa, entre los dos simulan una tormenta. Bueno, entre todos…

Así las cosas con la nueva política. Escuchaba el jueves el último y largo discurso de apertura de sesiones de Kirchner en el Congreso, la experiencia dice que cuando eso que se ha expresado es la verídica representación de lo que se espera de la política nacional sólo cabe sentir satisfacción. Falta mucho, aunque el trazo grueso haya sido marcado sólidamente, sin embargo, no deja de preocupar. Parece que lo escuchado fuera obra de un inmortal autosuficiente. El soñado proyecto nacional, racional y popular depende de un solo tipo... mientras tanto el resto nos encargamos de producir papel picado.

Evidentemente, una de las cargas que vengo arrastrando desde hace tiempo tiene que ver con esta definición marketinera de “Nueva Política”
Es simple concluir que los medios de comunicación utilizan slogans para definir lo que les demandaría muchas líneas. En suma, Nueva Política refiere a los comportamientos aceptables por la sociedad civil luego de la debacle de 2001. Deberíamos dar por sentado que pretender formar parte de ella requiere algo más que andar con saco cruzado.

La absoluta desidia por alcanzar ámbitos de síntesis conceptual fue reemplazada por hombres previdenciales (no pro) Así, como don Néstor además de presidente es paraguas, no hay mejor forma de construcción que pararse debajo calladitos la boca.

El mismo Katz juega también en ese tablero juntando sellos o nombres de quienes se dicen referentes de idéntico pensamiento. Barrios de Pie, Compromiso K, la pata bonaerense del Partido por la Victoria y sectores del PJ más ortodoxo conviven con coordinadores y otros radicales conversos.

El Frente por la Victoria milita hacia la fractura; mientras un sector enarbola su propio candidato habiendo llenado su álbum de figuritas, la otra ala deambula hacia una comunión innecesaria ya que pocos saben lo que quieren o al menos todavía no se han animado a decirlo.

Vamos a recordar..., como si nos interesara la memoria: en las elecciones pasadas mientras Cristina Fernández obtuvo el 39% de los sufragios para Senadora Nacional, El Frente (de Katz) obtuvo el 23% de los votos con la lista encabezada por Walter Malagutti mientras que el FpV consiguió el 22% con Daniel Rodríguez.
Lecturas que a nadie le gusta hacer: Kirchner se dividió en Mar del Plata (sin ninguna importancia de sellos) regalándole 5% a Acción Marplatense. El PJ realizó la peor elección de su historia con un Basso que nunca terminó de llenar.


La historia se repite primero como tragedia y luego como farsa decía Marx y allí vamos.

De nada sirve ganar si nuestra bandera es portada por traidores y acomodaticios. Si los abanderados otrora fueron escoltas de los momentos más oscuros de la historia argentina, si los ladrones vuelven disfrazados o si los que abrazan la causa de los derechos humanos eran cultores de la mano dura hace 10 minutos.

De nada sirve repetir las vetustas prácticas de instalación y consolidación de imagen comprando medios y periodistas u ofreciendo información de AFIP o voluntades inocentes prometiéndoles dignidad y trabajo.

Faltan ocho largos meses para las elecciones. A muchos de los actores de esta película los conozco y por unos cuantos tengo, inclusive, un aprecio personal. A otros no y no prejuzgo de ellos sino de lo que ya vivimos y no quisiera se volviera a repetir... menos en un marco tan favorable y auspicioso.

No creo que sea oportuno el nacimiento del “kirchnerismo crítico”. La voluntad de diálogo, aún de fuertes discusiones, resulta necesaria y urgente. Dejar los egos e intereses personales en la vereda resulta imprescindible, al menos para los que genéticamente cargamos con estas ideas. La palabra es hueca cuando no va cargada de acción honesta y militante. Primero la Patria, segundo el movimiento y por último…

Y los que resulten, que sean los mejores, porque los mejores son siempre buenos compañeros.

PD: tenía mejores asuntos para esta semana en la que el temperamento me pudo.

26.2.07

Zurdos razonables

Resulta sumamente difícil plantear un debate de ideas cuando ya se ha largado la carrera electoral. El 2007 es un año clave para la consolidación del proyecto nacional como también puede resultarlo para “el kircherismo”. La frase puede parecer provocadora porque lo es.

Desde el 25 de mayo de 2003 a la fecha han sucedido unas cuantas cosas. Para qué vamos a realizar un repaso laudatorio si la máxima apuesta de la oposición es no perder en primera vuelta.

Por derecha se afirma que los excepcionales precios internacionales de los commodities son motivo y razón única del fenómeno K. Por izquierda apuestan que el modelo de los 90 no ha cambiado, y que sólo se trata de gestos y palabras duras que terminan en acuerdos con “el imperio”.

Ambos análisis concluyen en error, no por falaces sino por miopes. Es cierto que el precio de las materias primas ha beneficiado sustancialmente el crecimiento del PBI, tan cierto como que los ingresos fiscales han engordado al ritmo de la producción y de las exportaciones. Las retenciones hacia este tipo de negocios hacen que el Estado reciba una parte de las diferencias generadas en el tipo de cambio que de otra manera enriquecerían exclusivamente a los productores. Con este aporte se financia el aumento de la inversión pública a partir de obras no pensadas en los ricos tiempos del 1 a 1. También se han volcado hacia el mercado interno millones de mangos mediante planes de inclusión o aumentos de jubilaciones. Más guita adentro fomenta el consumo, éste genera más producción y producir más requiere de más empleo.

Con una desocupación de más del 20% los salarios no presionan hacia arriba, más bien imploran al cielo. Cuando la expectativa mejora y los índices se reducen aumenta la demanda de bienes y también de trabajo, ergo los precios tienden a subir.

Quienes producen desean compensar utilidades no percibidas durante la depresión y aprovechar el envión ascendente de una demanda sostenida. Los trabajadores reclaman mejoras retrasadas y superar los escalones de la inflación anual. Si esto sucede, como está sucediendo, comienza a cambiar la ecuación en el reparto de riquezas, si fuera al revés se produciría una pérdida en el poder adquisitivo desacelerando el consumo, la producción y la creación de empleos, propuesta que eyectó a Lavagna del Ministerio de Economía.

Si, además, el Estado planifica e invierte en áreas en las cuales la rueda surfea la inercia, además de aumentar el PBI se avanza hacia el desarrollo que, simplificadísimamente, agrega valor a la producción mediante tecnificación y elaboración. La declamada inversión privada se suma para hacer negocios, no para almidonar la escarapela.

Seguramente hay sectores más propiciados, la Estrategia Argentina parece estar definiendo áreas de interés que chocan absurdamente con otras. El turismo, sólo un ejemplo, le saca un cuerpo a la ganadería por tironeos inertes de corporaciones que pretenden un modelo de país de levita y bigotera.

Los que corren por izquierda declaman expropiaciones, nacionalización (o estatización) de la producción, aumentos masivos o la prohibición de la Coca Cola.

El socialismo del siglo XXI está siendo debatido en todos los rincones del planeta. El bolivariano, anunciado por el Presidente Chavez, presume no dejarse llevar puesto con los precios de su producción petrolera –está en una posición de fuerza interesante-, venderle a quien tenga ganas y repartir mejor fronteras adentro. La re-estatización de la telefonía le costará a Venezuela 25 mil millones de dólares, algo más caro que un decreto.
El camino seguido por Evo Morales en Bolivia es similar, no está declarándole la guerra a España sino que le ha dicho a Repsol (y a Petrobrás) que el gas ya no se paga con espejitos de colores.

Si bien el nivel de desarrollo industrial de Brasil es mayor también son serios sus problemas internos. Mientras un sector de la nación vive en el siglo XXI la mayoría de su gente padece problemas del XIX.
Uruguay es defensor de la ecología pero también busca encontrar su camino más allá de las vacas. Nuestras diferencias son de idioma, mientras decimos “medio ambiente” los charrúas hablan de inserción productiva global.

Contextualizar básicamente un pedacito de Latinoamérica resulta necesario para la discusión política. La globalización es un proceso que puede resultar más o menos simpático, ignorarlo no lo detiene, ni siquiera facón en mano. Y Cuba es un museo.

Confundir Interés Nacional con los intereses de algunos nacionales de estirpe y acervo resulta impropio y egoísta. La teoría del derrame sucumbió por la voracidad de fabricantes de vasos cada vez más grandes.

La mentada defensa del interés nacional trata de cosas sencillitas como aumentar la escolaridad, disminuir la mortalidad infantil, garantizar la salud pública, fomentar el empleo productivo, equilibrar las reglas del mercado, velar por una justicia decente y procurar que el que se caiga del sistema sea contenido y asistido por un estado preocupado y solidario. Kirchner es a Stalin lo que Lennon a Bush.

En tres años y pico se han dado muchos pasos en ese sentido. Algunos más largos que otros. Debo reconocer también que uno termina cebándose cuando recibe más de lo que espera y que esto genera ansiedad e inclusive hasta posturas críticas.
Adjudicamos infalibilidad a la conducción aunque en este caso se trata de errores propios: nadie es perfecto. Kirchner también lo ha demostrado, en Misiones, por ejemplo. Rápido y audaz, sin embargo, corrigió en 24 horas.

Lo cierto es que la continuidad del camino requiere la fortaleza de un gobierno con todas las pilas. Aquí hay mucha tela para cortar: el poder es de los ganadores aunque ganar no sea una cualidad sino nada más que una calidad.
Los proyectos ganadores “llave en mano” que abona el presidente favorecen la consolidación del poder gubernamental pero también alimenta monstruos a los que nos toca ir cortándoles la cola.
Sabemos que la política no arranca desde un punto cero como tampoco son confiables los autollamados procesos fundacionales, al menos los posteriores a la llegada de Noé con su barquito. La historia política ha sido autora de la Historia Argentina.

La necesidad de un debate no tiene que ver con puros vs. impuros, pobres contra clases medias o peronistas con no peronistas.

La defensa del interés nacional requiere antes que nada definir conceptualmente "de qué se trata". La posibilidad de que lo general minimice el reclamo sectorial genera oposiciones hipócritas que esconden sus anhelos solicitando un modelo más claro.

La construcción del proyecto nacional, racional y popular refiere a la tipificación de un Interés Nacional donde debe importar menos el “qué” que el “para quienes”. Y aquí, ya sabemos, habrá algunos que se acerquen por interés y otros por nacionales.

19.2.07

Viejos Imberbes

Recibo semanalmente unos cuantos e-mails de compañeros respondiendo y/o proponiendo líneas de profundización a las cuáles tal vez por incapacidad no llegue nunca.
Lamentablemente, o bien la tecnología amilana, o quizás algunos tampoco quieran exponer sus ideas más allá de mi casilla. Lástima, porque creo que el caldo mejoraría si todos pusiéramos nuestro verbo en la misma olla.

Algunos sectores interesados subrayan las contradicciones del justicialismo a partir de las citaciones y pedidos de captura originadas por los desmanes de la Triple A. Están los que dicen que el despertar jurídico es el bumeran de la política de derechos humanos encarada por este gobierno desde su arranque y que podría terminarse uhhh… más allá. En síntesis, que la interna peronista tiñe los tiempos para atrás pero también para adelante.
Pocas palabras para esta falacia que contradice la Justicia: El terrorismo de estado es un crimen de lesa humanidad. Elegir ente Videla o Lopez Rega es una opción falsa, sería como optar entre la inyección o la pastilla.

Que sigue habiendo turros dando vueltas no debería ser una novedad. Este tipo de aprestos esconden un volver a transitar hacia la Teoría de los Dos Demonios como forma de agrietar la concepción ideológica de nuestra política. Jugar la carta “Perón” es el manotazo de ahogado de sectores que no dan pie con bola ni con la economía, ni con el sentido común. Son sólo gente jodida. El crecimiento nacional, la reindustrialización, la inclusión social y el reparto de la riqueza se muestran posibles aún mientras ellos ganan guita. El fantasma de la inflación por aumentos de sueldo se esconde debajo de la misma sábana que la crisis energética, de la desinversión que fomentarían las retenciones y, ahora, de la búsqueda del origen del terrorismo de estado en una interna eterna.

Libros de Historia Argentina hay unos cuantos. Sólo unas palabras sobre el tema: el estado no practicó el secuestro la tortura y el asesinato para que Crónica tuviera temas sangrientos en la tapa, fue un plan sistemático de entrega del patrimonio nacional que no admitía disidencia, resistencia, ni oposición. De hecho tanto Lopez Rega, Massera, y Suarez Mason eran miembros activos de la logia P2 de la cual Videla era también simpatizante. Licio Gelli era masón pero le interesaba más la plata que encontrar el Santo Grial.

Las discusiones de filosofía política son siempre interesantes. Sin embargo cuando de dineros se trata ya lo decía un maestro: “billetera mata galán”.

Repito una convicción: El peronismo hoy no existe más que como un sentimiento del militante, como una emoción, como un compromiso interno con la solidaridad y la justicia social. El Partido Justicialista ya no comunica identidad.

Duhaldismo, Juarismo, Menemismo, Adolfismo, Felipismo, Cafierismo, Vandorismo, incluso el Lopezreguizmo y, hasta hoy día, el reciente Lavagnismo, entre tantos, son o han sido formas del peronismo.
Una forma triangular no define un isósceles o un equilátero de la misma manera que una forma humana podría representarme exclusivamente en otro planeta. Cuando aparece la palabra “Forma” el rasgo se hace silueta y el individuo una sombra.
Podríamos profundizar acerca de si no fue el mismo Perón parte de ese mismo proceso que él inventó, cabría entonces agregar que se trató entonces del más inteligente de los peronistas. Y haciéndole caso a los muchachos de La Fraternidad no vamos a ponernos a joder porque de eso no se trata este asunto.

Sí deberíamos acordar que el justicialismo originalmente conducido hasta el final del exilio español mudó su orfandad a sectores oportunamente pugnantes.

Independencia económica, soberanía política, justicia social, pensamiento nacional; concepciones cruciales acerca del “proyecto de país” trocaron por humores, conveniencias o “formas” adheridas a las coyunturas históricas contextuales.

Y más allá de los estilos de conducción que siguieron y de los respectivos talentos lo que quedó en evidencia es que esa carga ideológica fundadora del movimiento tornó en libres adaptaciones tamizadas por la personalidad del conductor de turno, de sus métodos, y de sus prácticas.

Es necesario realizar un balance creativo para poder encarar el próximo paso. En esta línea estaríamos preguntándonos pronto si Kirchner es o se hace. Y uno de los mayores peligros que enfrenta la etapa es consolidarse como un “ismo” más.
Los lúcidos coqueteos de Kirchner con los saldos del PJ nunca lo han absorbido lo suficiente como para no mostrar idénticas caricias hacia sectores del radicalismo o del socialismo. Con igual energía ha esquivado todos los intentos de atornillarse a un partido del que no reniega sino que anhela resignificar.

De ahí que la posibilidad anunciada de no reelegir obligue a la muchachada a pensar más allá del triunfalismo. Lo que está en discusión es un modelo económico, un modelo de administración, de distribución de riqueza, de inclusión, y de relación con el mundo.
Lo menos oportuno para discutir son nombres propios, ya que lo que está en juego es la consolidación de un Proyecto Argentina que debe sucedernos. Y es aquí donde sí importan las trayectorias y los pasados de compañeros (o no) que con algo más que entusiasmo se aventuran hacia la línea oficial.

Como ya se ha dicho, la oposición vive destacando características de la personalidad del Presidente desde el día uno. Que el traje cruzado, que tiene mal carácter, que es intolerante, hegemónico, que es poco cordial y que le gustan las bromas pesadas, que ningunea y reta, que es obsesivo y tantas cosas más. Si nos detenemos cinco segundos podemos observar que la intencionalidad de este tipo de parrafadas tiene por objeto centrar las miradas en las formas minimizando las propuestas centrales que ha hecho el gobierno aún con los mocasines sin lustrar.

Vieja frase política la que dice que el que quiere garantías debe comprarse una licuadora y aunque uno bien sabe que la traición es condimento de la política, minimizar los riesgos no es cuestión de sectarismos sino una decisión estratégica determinante. Pingüino, pingüina, tero o tatú carreta no importa, está llegando la hora de “aguantar la parada” y convalidar el proceso para adelante. Nuestras ideas han copado el centro de la escena, “abandonar la plaza” no es una opción posible, al menos no para nosotros.

10.2.07

Aroma Electoral

Siempre hay tiempo para encontrarse con personas interesantes. Más aún si uno se ofrece la oportunidad de adjudicarle importancia a lo que dicen otros por el sólo hecho de ser otro. Tal vez una de las cuestiones más insólitas en las que ha caído la política es en creer que solamente lo que uno piensa constituye la realidad. Probablemente un excesivo pensamiento conspirativo pone a todo lo que está más allá de la cabeza propia en situación de sospecha o de no verdad. Esta característica de la dirigencia constituye el mejor camino hacia la profecía auto cumplida ya que el camino hacia la verdad resulta inviable si el entramado político se moviliza cada vez más lejos de la síntesis.

Kirchner ha contribuido mucho a la confusión de “la gilada” y aplaudo que así sea. Antes de haberse lanzado por la presidencia hablaba ante grupúsculos de incrédulos seduciendo a partir de frases poco rimbombantes pero elocuentes: Superávit Fiscal, Memoria Pública, Movilidad Social Ascendente, Desendeudamiento y Legitimidad de Gestión. Logrado el primer milagro (la presidencia) cumplió con sus propias sentencias, así la legitimidad de gestión se convirtió en valoración ciudadana, recuperación de la autoridad presidencial, imagen positiva, intención de voto y, para la oposición, vocación hegemónica.

En alguna otra ocasión expresé que la debacle de 2001 proponía a la militancia un camino obligado hacia la reflexión y que difícilmente se lograría un salto de calidad ignorando que estábamos en presencia de situaciones distintas y que nada de lo pasado serviría como antecedente.

Días pasados un compañero me decía que mientras se producen nuevos ladrillos, otros pueden hacerse también con el polvo de los viejos. Recordé aquella vieja frase de Perón (adjudicada también a Yrigoyen) acerca de que un rancho se construye con barro pero también con bosta. Imagino que el autor intelectual del ingenio jamás habría dudado acerca de las proporciones apropiadas…

Lo cierto es que en medio de la acallada campaña electoral en curso el enamoramiento hacia el modelo instalado deviene de su éxito probado y no de su concepción. Digámoslo más claro: partidarios del ajuste, de la discrecionalidad del mercado, laudatorios de la globalización, de la venta de activos a costa de endeudamiento irresponsable e improductivo, facilitadores del olvido y explicadores de la problemática del desempleo mundial son hoy admiradores del presidente e incluso también pretendidos referentes.

Con algunos amigos locales se puede hablar también acerca de cuál es el rol del Frente para la Victoria. Y ya aquí comienzan a vislumbrarse algunas diferencias serias. Hay quienes afirman que el FpV es una mera herramienta electoral que desaparecerá después del 28 de octubre. Otros observan el espacio como un aggiornamiento del PJ y otros, entre los que me incluyo, consideramos que se trata de un agrupamiento nuclear primario que busca su lugar a partir de una comunión ideológica y metodológica acorde con los tiempos, una fuerza moderna de centro izquierda con hambre de gloria.

Sobre los primeros… nada.
Si alguien cree que la línea oficial del proyecto nacional se reduce a cambiar el escudito estamos sonados. El peronismo no existe más que como un sentimiento, como una emoción, como un compromiso interno con la solidaridad y la justicia social. Obviamente estoy seguro de que ese sentimiento sí es el núcleo duro del FpV.
No se puede hablar hoy de Partido Justicialista y que eso comunique una determinada identidad. Asistiremos en algún momento –espero que pronto- a la renovación dirigencial que jubile a los bipolares y reconstruya un partido que no está exento de una necesaria autocrítica. Resulta imposible invitar a los ciudadanos a comer un plato que nadie puede expresar como está hecho. También resulta impropio pedirle a la gente que crea en el mozo que atiende la mesa que le tocó en destino.

Coyunturalmente aparecen otros sectores o lineamientos que reproducen lógicas idénticas, la Concertación Plural, Compromiso K o el Frente Transversal por nombrar algunos otros ordenamientos padecen idénticos sentires. Pujas que a veces tienen nombres propios impiden el crecimiento de una fuerza ordenada y necesaria.

El kirchnerismo marplatense no se ha animado todavía a asumir claras definiciones estratégicas comunes. Inclusive desde lo meramente electoral no existe mesa en la cual aún no se discuta qué es lo que va a suceder con Daniel Katz.

Excepto que se piense que nada cambió y que no creamos en lo que predicamos la reelección de Katz como intendente de Gral. Pueyrredón es imposible. No se puede hacer política y menos todavía pretendiendo estar cerca de este gobierno mintiendo. No ha dicho una sino varias veces que no pretende un nuevo mandato y que la intendencia es para él una etapa concluida. Estamos obligados a creerle y esta apuesta debe darse en el convencimiento de que la población también creció. Nuestras convicciones políticas deben ser contrarias al engaño y al caradurismo.

Algunos compañeros ya han lanzado sus candidaturas a la calle y otros piensan hacerlo a la brevedad convencidos de que el debate, la discusión y la síntesis resultan superfluas. Y lejos de contradecir o apoyar cualquier representación lo que evidencian es que proyectos personales aislados pretenden conducir “lo nuevo” con formas propias del feudalismo.


El Frente por la Victoria ganará las próximas elecciones en Mar del Plata o saldrá segundo. Cualquiera de las dos situaciones podría mejorar notablemente la situación política local reordenando las cenizas partidarias, renovando protagonistas, jubilando, obteniendo mayores ámbitos de representación para el proyecto en el que creemos y ofreciéndole a los vecinos la oportunidad de ampliar las bases que sustentan el proyecto nacional.
Saldrá segundo si la miopía abarata el razonamiento que hoy avanza hacia el fraccionamiento y la dispersión. Suponer internas en el FpV es obtener un título de cachivache con medalla de oro. Podría incluso terminar tercero.

De lo que no me queda absolutamente ninguna duda es de que “Pingüino o Pingüina” y Scioli obtendrán un triunfo demoledor en la ciudad. Kircher ganará las próximas elecciones, inclusive las locales, con nosotros o contra nosotros. Montañas de barro y bosta están prestas para la construcción, no pretendamos también que nos enseñen a hacer la mezcla.